Imagen de la Virgen de la Soledad, que desfila la noche del Viernes Santo en la Cofradía del Santo Entierro en Molina de Segura.
A la Virgen de la Soledad, le escribí este soneto que fue publicado en la revista que edictó el Cabildo de Cofradías en el año 2006.
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A la Virgen de la Soledad.
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Divina Luz, es la de tu mirada,
que se clava en mi pupila y me hiere,
no pudiendo escapar aunque quisiere,
de sus ojos, los míos, flor amada.
Siempre estuve esperando tu llegada.
Que por Tí, el más puro amor sintiere,
y que por Ti, hasta la vida diere.
¡Dios! Qué ilusión de amarte, más deseada.
Quizá nunca te dije que te amaba,
quizá nunca a los ojos te miré,
cuando pasé esquivo por tu lado.
Mas hoy, tu Luz mi rostro iluminaba,
de repente fue, cuanto te miré.
Suspiros de un corazón traspasado.
que se clava en mi pupila y me hiere,
no pudiendo escapar aunque quisiere,
de sus ojos, los míos, flor amada.
Siempre estuve esperando tu llegada.
Que por Tí, el más puro amor sintiere,
y que por Ti, hasta la vida diere.
¡Dios! Qué ilusión de amarte, más deseada.
Quizá nunca te dije que te amaba,
quizá nunca a los ojos te miré,
cuando pasé esquivo por tu lado.
Mas hoy, tu Luz mi rostro iluminaba,
de repente fue, cuanto te miré.
Suspiros de un corazón traspasado.